martes, 24 de febrero de 2009

EL ARRIERO Y LA MONTAÑA BAJO EL ALBA


Bander Torres (Crítico invitado)
Huamachuco
Diciembre del 2008


El Perú es una inmensa biblioteca poética, en la cual “El arriero y la montaña bajo el alba”, ocupa un sitial preferente.

La Literatura ha sido por siempre una actividad que ha buscado el cambio y la humanización del hombre. Ejercicio que tiene como designio sensibilizarnos para no autodestruirnos.

El hombre el siglo XXI, está ante un problema universal: el calentamiento global, el cual genera desequilibrio en los ecosistemas. Bethoven Medina, es un Hidalgo en esta guerra, y poéticamente da alternativas de solución.

En este libro: la poesía, es la comunicación más íntima con la naturaleza; es sentirse con alas de pájaro, frescura de árbol y esperanza de arriero –entonces– escalar horizontes, cruzando montañas del corazón bajo el amanecer.

Nuestro eximio bardo, ha materializado un nuevo libro de poesía único; cuyo título está formado por tres elementos que forman un poema universal y misterioso: “El ARRIERO y la MONTAÑA bajo el ALBA”.

Este paraíso de palabras está dividido en siete partes, pero todas unidas por un hilo sensibilizador; es un conjunto de poemas escritos en versos libres, formados con palabras sencillas pero alcanzando un nivel altamente literario.

Es un libro que viene de la naturaleza y quien lo lea sentirá el profundo deseo de sumergirse en ella para disfrutar de la poética armonía.

Bethoven Medina Sánchez, mira con ojo zahorí la armonía incomparable de la naturaleza que nos engalana y nos hace comprender la nada y la intensidad de los Andes.

Este libro es la ostentación poética de la creación del universo, coincidiendo con las Sagradas Escrituras; donde el hombre hace una reflexión profunda de todo lo que lo rodea.

Esta valiosa obra es el fruto del asombro, de la meditación, de la ausencia, de la observación y del disfrute del VIENTO, un elemento medular en la última parte.

Es una obra profunda, consecuencia del asombro ante la montaña, como el propio autor lo afirma en sus versos.

Es la poetización del quehacer del hombre andino; esto se refleja en los siguientes versos:
El hombre siente frío, cuenta sus ovejas,
aporca su papa; vive iluminado en la montaña.

Tu voz golpea cuando entonas un huayno
y las ilusiones que tiñen mi alma
caen en la sombra vespertina
aún así avanzo JUBILOSO en los
potreros.

Finalmente les invito a todos ustedes amigos lectores, a hermanarse del arriero para abrir nuevos caminos hacia la montaña bajo el alba.

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